La Terapia Fotodinámica (TFD) es un procedimiento utilizado en dermatología para el tratamiento orientado a lesiones o campos de diferentes indicaciones1-4. El mecanismo de acción de la TFD se basa en la destrucción selectiva de las células neoplásicas mediante el uso de una sustancia fotosensibilizante en combinación con luz y oxígeno. En dermatología se utilizan diferentes formas de aplicación, como por ejemplo la TFD convencional (TFDc) con luz roja o también la TFD de luz de día (TFD-LD), que se diferencian, entre otras cosas, por la fuente de luz empleada.
El espectro de las indicaciones autorizadas varía en función del fármaco empleado y del tratamiento de luz escogido, y comprende5-6:
La TFD necesita tres componentes: un fotosensibilizador, luz con una longitud de onda adecuada y oxígeno (véase la fig. 1)7,8.
El fotosensibilizador es una molécula que puede transferir energía a las moléculas de oxígeno cuando es excitada por la luz. A menudo, la molécula protoporfirina IX (PpIX) aporta las propiedades fotosensibilizantes8. En dermatología, los medicamentos para la TFD contienen un precursor metabólico de la PpIX, como por ejemplo el ácido-5-aminolevulínico (5-ALA), que permite la síntesis dirigida de la PpIX en el tejido enfermo8,9. Para la eficacia de la TFD es determinante el uso de una fuente de luz adaptada al espectro de absorción del fotosensibilizador7,8. La PpIX posee en total 5 máximos de absorción, a 405 nm (azul), 505 nm (azul), 540 nm (verde), 575 nm (amarillo) y 635 nm (rojo).
En el contexto de la TFD de luz de día, la luz solar estimula todos los máximos de absorción de la PpIX9,10. En cambio, en la TFD convencional solo se utiliza la luz roja, que puede penetrar más profundamente en la piel y, por lo tanto, se presenta como una fuente de luz especialmente adecuada para la TFD.
En este proceso, las moléculas de oxígeno sirven como aceptores de la energía de la PpIX excitada lo que da lugar a la conversión de estas en especies reactivas de oxígeno (ROS) citotóxicas. Las ROS oxidan las membranas celulares y otros componentes celulares, lo que lleva a la necrosis o apoptosis de las células diana, por ejemplo, las células neoplásicas7,8.
Una vez finalizado el tratamiento comienza el proceso de curación de las lesiones: las células destruidas se sustituyen por células cutáneas sanas. Esto puede provocar eritema, edema, formación de costras, etc. durante los primeros días. Estos son signos del proceso de curación de la lesión que generalmente remiten a los pocos días5,11.
La TFD ofrece las siguientes ventajas frente a otras opciones de tratamiento: